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¿conocemos más historias reales?

Estas son historias reales de agua envenenada...

Hola soy Bety y tengo 11 años, vivo en el barrio de El Agustino de Lima.
Mi abuela y su familia vivían en la sierra pero no podían vivir del trabajo de la tierra y decidieron venir a Lima, se instalaron en El Agustino donde residían conocidos suyos.
El Agustino es una zona montañosa, allí tomaron un trozo y comenzaron a hacer su casa. El Agustino no tiene servicios de ningún tipo: ni escuelas,ni luz, ni agua corriente.
En el barrio no había servicios de ningún tipo, tampoco médicos y muchos niños se morían, sobre todo debido a enfermedades intestinales como la diarrea.
Por eso un grupo de mujeres se organizaron para intentar solucionar este problema de las diarreas creando unidades de rehidratación oral, para enseñar como prevenir y curar la diarrea.
Gracias a esta organización de las mujeres, la salud de los niños de mi barrio ha ido mejorando. Yo participo en los comedores, mi madre y mi tía en las unidades de rehidratación oral y mi padre y mi hermano ayudan en la Junta Vecinal donde ayudan a las canalizaciones de agua potable y en los desagües.
El barrio ha mejorado gracias a la participación de todos.


Hola soy Hanna, tengo 8 años, y vivo en Etiopia.
Antes mi familia no vivía en la ciudad. Vivíamos en un pueblo, en el campo y trabajábamos la tierra, éramos agricultores.
Después de unos años de mucha sequía, la tierra que trabajamos no daba casi nada y entonces pasamos hambre. De forma que toda mi familia tuvimos que irnos a la ciudad a buscar trabajo y así poder comprar comida.
La ciudad donde nos fuimos se llama Addis Abeda, y es la capital de mi país, Etiopia.
En nuestra casa de la ciudad no tenemos agua corriente, de forma que cada día yo y mi hermana vamos a buscar agua en un pozo para cocinar y para lavarnos.
El agua pesa mucho. A mi no me gusta hacer este trabajo, me gusta más ir a la escuela , donde aprendo cosas, aunque somos muchos y estamos muy apretados.
Mi mamá prepara cada día la comida sobre un fogón de petróleo, y siempre hierve el agua que hemos traído del pozo, porque dice que así no nos coge dolor de barriga. Bueno ahora ya conocéis un poco mi historia. Adios!

Mi nombre es Frank, tengo 9 años y vivo en una ciudad cerca de Tarragona,que se llama Salou. Mucha gente conoce Salou porque es un lugar muy turístico y porque tiene un parque de atracciones. A mi me gusta mucho, porque siempre parece que estemos en verano.
Mi padre trabaja en una industria petroquímica cercana, y mi madre en las oficinas de un hotel. Mi abuelo, el padre de mi mamá, vivían ante en una masía cerca de Tarragona, donde tenia unas tierras que cultivaba.
Mi abuelo me ha explicado que la masía tenia un pozo, con agua buena para regar y beber, pero un buen día empezó a ser muy salada y de mala calidad. Dice que el agua dulce se volvió como el agua de mar porque muchas industrias cogieron agua de los pozos.
De forma que hacia el año 1980, cuando mi madre tenia diez años tuvieron que vender la masía y trasladarse a Salou. En las tierras de mi abuelo ahora hay una urbanización.
En verano mi familia siempre me recuerda que debo ahorrar agua, que es muy cara, y que no queremos volvernos a quedarnos sin ella. Ah! Y este verano mi ayuntamiento ha hecho una campaña con los turistas para que ahorren agua: Bueno hasta la vista, quizás nos vemos en Salou!


*Relatos obtenidos de la página principal de Intermon-Oxfam

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